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lunes, 26 de enero de 2009

Para qué sirve la universidad burguesa?


Desde siempre las universidades burguesas han sido los centros de formación de los cuadros técnicos, medios y superiores, para la gestión de la sociedad capitalista.

Aitor Mena en El Fuelle nº3 Para Kaos en la Red

Desde siempre las universidades burguesas han sido los centros de formación de los cuadros técnicos, medios y superiores, para la gestión de la sociedad capitalista. Asimismo es en las universidades, junto con otros centros de generación de ideas (“think thank” se llaman hoy día), en donde se elabora la justificación ideológica del capitalismo y en donde se generan las ideas para conseguir sostenerlo pese a la sucesión de crisis, económicas y sociales, que el propio sistema genera.

En este artículo trataremos de responder para que sirve la universidad burguesa, así como también responderemos a la siguiente pregunta: ¿para qué nos puede servir a les anarquistas la universidad burguesa?

La universidad del capital

Desde una perspectiva general, la universidad burguesa tiene una doble función: por una parte la docencia y por otra la investigación (ligada o no a la docencia). Estas funciones, la generadora de conocimiento (investigación) y la difusora de dicho conocimiento (docencia), están lógicamente influidas por los valores y las estructuras capitalistas que utilizan a la universidad como la herramienta de reproducción cultural más potente de la que dispone el sistema. En este sentido, como hemos dicho al principio, en la universidad se forman los cuadros medios y superiores que gestionaran el capitalismo y el Estado, es decir, ahora se están formando a los gestores futuros del capitalismo (y en gran medida a los mayores defensores del mismo). Conviene aclarar que hasta cierta edad (40-50 años) estos cuadros medios y superiores no están en disposición de ocupar los lugares clave para la gestión de las empresas, el Estado y los organismos pro-patronales y/o paraestatales de la sociedad civil. Es por ello que a todo el periodo de formación universitaria hay que sumarle algunos años de ampliación de estudios y experiencia laboral para poder escalar hacia los puestos de responsabilidad dentro de la sociedad capitalista.

Por otra parte, la universidad tiene una capacidad de acumular y movilizar recursos (económicos y humanos) muy importante, de ahí su centralidad para la perpetuación del capitalismo. Las universidades públicas se financian principalmente con dinero del Estado y de las empresas, y es por ello que nunca fomentarán un tipo de conocimientos que vayan en su contra, aunque la estructura pública pueda mediatizar y permitir ciertos nichos de “disidencia”. Hoy en día estos reductos de profesores “disidentes”, principalmente marxistas, ya se están liquidando a marchas forzadas, ya sea por una liquidación ideológica post-transición española y gracias a la ideología “europeísta” (algunos se han moderado o directamente se han pasado al liberalismo más duro) o por una no-renovación generacional del profesorado auténticamente “de izquierdas” debido a que las generaciones presentes no se han formado ideológicamente de la misma forma. En muchos casos esta liquidación es debida a la propia dinámica profesional (el marxismo o el anarquismo ya no están de moda en la academia), a sucumbir a los suculentos incentivos monetarios y otras prebendas, así como a las relaciones de poder en los departamentos, cada vez más copados por defensores acérrimos del sistema dominante.

El alumno como un producto

Les estudiantes en la universidad burguesa son “capital humano” en formación, que pasarán a ser objeto de explotación en las empresas una vez finalizados los estudios. Esta explotación, en el sentido clásico de apropiación del empresario del excedente producido, se da cada vez de forma más evidente en la economía española dando lugar al fenómeno “mileurista” que no es más que trabajadores con estudios universitarios cobrando salarios de mierda en relación al nivel de vida, salarios que tampoco se corresponden con los conocimientos adquiridos y aplicados a los puestos de trabajo, muchos de ellos de alta productividad.

Pero donde más evidente es la condición de producto del alumno es en la dinámica general de las clases. En ellas no se permite, con la mayoría de profesores, el debate ni la reflexión. El alumno toma la materia como un producto que tiene que memorizar y digerir sin cuestionarse demasiadas cosas si quiere superar la carrera de obstáculos. La universidad burguesa y sus “profesionales” de la docencia, en general, no incitan a pensar al alumno, a cuestionarse la materia impartida, y mucho menos a cuestionar el sistema capitalista en aquellos estudios que toman un enfoque social.

Son pues el autoritarismo y el control ideológico, dos de los rasgos definidores del sistema de enseñanza universitario burgués. Por otra parte, no parece que con la implantación del sistema europeo, que propugna menos clases magistrales y más trabajo personal del alumno, se vaya a resolver el control ideológico en las materias. Mucho menos se va a modificar la estructura de planes de estudio, más enfocados a los intereses investigadores de los profesores y del capital (a menudo coincidentes), que a dotar a los estudiantes de herramientas para su desarrollo intelectual y profesional.

Debido a todo ello, es imprescindible el desarrollo de un sindicato estudiantil libertario, como estructura organizativa estable e independiente, que sirva de contrapeso a los sindicatos estudiantiles reformistas (nacional-leninistas y socialdemócratas). Este sindicato estudiantil puede dedicarse a la difusión ideológica y a trabajar temas generales que conciernen al movimiento estudiantil (incremento de las tasas, leyes universitarias, etc.), pero también es importante, por el vacío existente de una organización así, que haga tarea propiamente sindical y se pueda dedicar a ser un instrumento de defensa en la lucha por una enseñanza racional y libre en el seno de las aulas. Así pues, mediante el impulso del debate dentro del aula o de conferencias y cursos fuera de ella (impartidas por miembros del movimiento libertario), es como podemos ejercer un contrapeso a la enseñanza autoritaria. De la misma forma, entre otras iniciativas, organizando sesiones de estudio para las diferentes asignaturas, es como se pueden fomentar los lazos de solidaridad e introducir el debate entre aquelles compañeres de estudio que quieran aprobar y también aprender.

Anarquistas en la universidad

Sin embargo, y pese a todo lo dicho, considero que para les anarquistas es interesante el paso por la universidad, por varias razones que paso a enumerar:

1) En cuanto a la materia, aun teniendo en cuenta que la mayoría de enfoques serán pro-capitalistas, probablemente los estudios relacionados con las ciencias sociales son a los que les anarquistas nos pueden llamar más la atención y los que nos pueden ser más útiles para comprender a fondo el funcionamiento de la sociedad capitalista, paso previo para proceder a luchar por su destrucción. Sin pretender ser exhaustivos, estudios universitarios de sociología, ciencias políticas o historia nos pueden suministrar herramientas amplias para comprender como funciona la sociedad. Estudios como economía, administración de empresas o derecho, nos ayudan a comprender mucho mejor unos aspectos concretos y fundamentales de la dinámica social. También son interesantes los estudios relacionados con la psicología, la pedagogía y la educación en general por ser esta uno de los fundamentos de la reproducción social. Por otra parte el periodismo y las ciencias de la información son interesantes para entender como se difunde y percibe la información en una sociedad de masas. Por último existen otro tipo de estudios como la medicina y el resto de ciencias de la salud, necesarias para nuestra supervivencia o también la informática u otras ingenierías que trabajan aspectos fundamentales para la sociedad del futuro.

2) Realizar estudios universitarios no solo nos da herramientas para conocer a fondo la sociedad capitalista (algunos estudios más que otros, unos de forma más general y otros más a fondo en aspectos más concretos) sino que nos capacita para desarrollar profesiones a las que no se puede acceder sin un titulo universitario. Estas profesiones suelen ser precisamente en lugares clave para la perpetuación de la estructura social capitalista (abogados, economistas, sociólogos, médicos, psicólogos, informáticos, ingenieros, profesores varios, etc.) y necesario es que les anarquistas tengamos también presencia dentro de estos oficios clave para poder enriquecer conocimientos y experiencia profesional, útiles antes, durante y después de un período revolucionario.

3) Es un espacio perfecto para la socialización con compañeres, más o menos afines, que también nos puede enriquecer mucho personalmente. Asimismo es un espacio idóneo para trasladar nuestra propaganda y conseguir nuevas adhesiones al movimiento libertario. Más de la mitad de la juventud española pasa por la universidad por lo que es un espacio en donde “hay que estar”.

4) El paso por la universidad es positivo también porqué ayuda a entender como funciona la universidad y por medio de qué incentivos se reproduce el centro de formación de los cuadros técnicos de la sociedad capitalista. Se puede llegar a comprender, adaptándolo a las particularidades de cada disciplina, como se desarrollan los mecanismos de reproducción ideológica.

5) Unos estudios superiores nos dan conocimientos amplios de nuestra disciplina, aunque también de otras si somos lo suficientemente curioses. Por otra parte nos da herramientas para profundizar hasta donde queramos y para facilitar el autodidactismo. El disponer de bibliotecas ampliamente especializadas, tener contacto con expertos y gente con inquietudes, nos ayuda en toda esta tarea. En general nos ayuda a comprender también como piensa el enemigo, así como nos facilita conocimientos para estructurar un discurso y una praxis en su contra.

6) El paso por unos estudios universitarios es casi imprescindible para desarrollar herramientas solventes de educación popular y libertaria por todo lo comentado anteriormente. Como es sabido, en nuestra voluntad de hacer la revolución social, es imprescindible disponer de dichas herramientas culturales y de formación como complemento al resto de luchas sindicales y sociales.

Conclusiones

El movimiento obrero revolucionario requiere de profesionales en todos los ramos y disciplinas. Si nos atenemos a los datos estadísticos, aproximadamente el 40% de las personas con empleo en el estado español, ocupan actualmente puestos de trabajo como técnicos medios y administrativos. El resto son trabajadores manuales: agrícolas, de la industria y la construcción y de servicios. Por ello deberíamos adoptar como una decisión, a la vez personal y estratégica para nuestro movimiento libertario, el realizar estudios universitarios sobretodo en aquellas disciplinas que más de utilidad nos pueden servir como forma de apoyar el anarquismo.

Con todo lo dicho, creo que es positivo el paso por la universidad aunque no queramos dedicarnos profesionalmente a la disciplina que estudiemos. Establecerse en cualquier oficio que nos guste es positivo, de la misma forma que lo es tener unos conocimientos a nivel universitario de cualquier disciplina. Mientras no tengamos universidades libertarias donde se desarrollen los aspectos de docencia e investigación, la universidad burguesa continua siendo una institución básica para llegar a un cierto nivel de formación.

Es necesario en este sentido que les anarquistas nos esforcemos tanto a construir como a llenar de contenido herramientas culturales y formativas como ateneos, centros de estudios e institutos libertarios. Es en estos espacios donde cualquier trabajador puede formarse suficientemente en variados aspectos, también ideológicamente, y en donde es posible compartir los conocimientos, incluso entre personas que ya dominan una disciplina: alguien con conocimientos por ejemplo de historia social (con toda su amplitud), probablemente no llegue nunca a conocer a fondo la dinámica y los entresijos del aparato económico capitalista (y viceversa), sencillamente porqué no lo podemos llegar a saber absolutamente todo, es de prepotentes y necios pretenderlo, y porqué el desarrollo intelectual, paralelo al desarrollo de la complejidad de la sociedad, es muy amplio. Por lo tanto es importante que estos conocimientos sean sintetizados por parte de quienes mejor preparados estén para ello, y compartidos con el resto.

Este artículo es, no se equivoca el lector/a, una apología para que les anarquistas, se conciencien de la necesidad de los conocimientos para hacer la revolución, y de la conveniencia de no rechazar la oportunidad de conseguirlos en el marco de las universidades burguesas. Asimismo pretende convencer de la necesidad de la formación e investigación permanentes, adaptando estas a nuestra ideología libertaria, para llegar a cotas superiores de conocimiento del mundo que nos rodea y de la forma en como transformarlo.

Aitor Mena
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Publicado en El Fuelle nº3
http://www.nodo50.org/juventudesanarquistas/spip.php?rubrique10
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