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sábado, 24 de julio de 2010

British Petroleum: Cabildeo sin escrúpulos


British Petroleum. Bajo sospecha.

Leonardo Boix
LONDRES, 24 de julio (apro).- La petrolera británica British Petroleum (BP), responsable de la mayor catástrofe medioambiental en el Golfo de México tras el vertido, desde el pasado 20 de abril, de cientos de miles de toneladas de crudo al mar, es acusada ahora por un grupo de senadores estadounidenses de realizar cabildeo ante el gobierno de Gran Bretaña para liberar al único condenado por el atentado terrorista de Lockerbie (1988), el libio Abdelbaset Ali al-Megrahi, a cambio de jugosos contratos multimillonarios de petróleo en Libia.
Los senadores, entre los que se encuentran las demócratas Kirsten Gilliband, Barbara Boxer y Dianne Feinstein, pidieron a Londres una investigación profunda para determinar por qué se dejó en libertad a Al-Megrahi, quien era un exoficial de los servicios de inteligencia de Libia.
Los legisladores estadunidenses hicieron el pedido, el pasado martes 20, al primer ministro británico David Cameron, quien se encontraba en Estados Unidos para su primera reunión con el presidente Barack Obama. A pesar de los pedidos, Cameron sostuvo que fue el gobierno de Escocia el responsable por la liberación de Al-Megrahi, ocurrida el 20 de agosto de 2009.
El primer ministro instó a los funcionarios de su gobierno a revisar los documentos oficiales por la liberación del libio, aunque se negó a cumplir con el pedido de los senadores estadunidenses respecto a realizar una pesquisa judicial.
Kenny MacAskill, secretario de Justicia escocés, liberó a Al-Megrahi argumentando razones humanitarias, pues consideró que el libio sufría de un cáncer de próstata terminal y sólo le quedaban tres meses de vida.
Sin embargo, Al-Megrahi, quien durante su arribo a Trípoli, en agosto pasado, fue recibido como héroe nacional, sigue vivo después de un año de su liberación y reside en una mansión en la capital libia, hechos que han enfurecido a las familias de las víctimas del atentado de Lockerbie.
En un comunicado emitido por BP el pasado jueves 15 y tras las acusaciones en su contra, la empresa admitió que “promovió el acuerdo de transferencia de prisioneros para proteger un contrato por 900 millones de dólares para la exploración offshore de gas y petróleo en la costa mediterránea de Libia”.
El ministro de Justicia británico en ese momento, el laborista Jack Straw, admitió, luego de la liberación y repatriación de Al-Megrahi a su país, que el lobby de BP fue un punto importante que las autoridades consideraron en la revisión del caso.
Finalmente, el libio no fue liberado bajo el acuerdo de transferencia de prisioneros extranjeros, que firmaron tanto Gran Bretaña como Libia, sino por razones humanitarias.

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