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sábado, 14 de agosto de 2010

«Una profunda modificación del sistema europeo… sin consultar al pueblo»

Un reconocido experto alemán en materia de finanza, cuestiones monetarias y economista de formación denuncia las manipulaciones políticas ejercidas por la poderosa oligarquía y castas que gobiernan dentro de la Unión Europea y confirma de esta manera el carácter antidemocrático de sus tomas de decisión, al no consultar al pueblo europeo de sus acciones.
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El señor Wilhelm Hankel (tercero empezando por la izquierda) junto con sus colegas para presentar una denuncia ante la Corte Constitucional Federal de Alemania.
Entrevista de Wilhelm Hankel sobre la crisis del euro y la ayuda financiera a Grecia y otros países europeos
Zeit Fragen: A principios de mayo, usted, con cuatro de sus colegas, no sólo presentó ante la Corte Constitucional federal alemana una denuncia contra la ayuda financiera a Grecia que se decidió en el Bundestag sino que también se dirigió a la población a través de un anuncio publicado en un importante diario alemán. ¿Qué lo incitó a actuar de esa manera?
Wilhelm Hankel: Lo que mencionamos en nuestra queja concierne a todos los alemanes y a todos los europeos. En efecto, a través de la ayuda a Grecia y a muchos otros países que se encuentran en la misma situación se está concretando, con el pretexto de la humanidad y la solidaridad, algo monstruoso, o sea una profunda modificación del sistema europeo, y sin consultarlo con el pueblo. Y esa modificación tiene lugar en varios planos.
En el plano jurídico se cometen varias monstruosas violaciones del derecho. Pero se cambia también la estructura política, lo cual es igualmente monstruoso. El asunto es que esas decisiones habría que tomarlas a través de consultas populares, no mediante operaciones secretas de tal o más cual gobierno. Y lo que mucho me inquieta como economista es la cuestión del nivel de vida de nuestra ciudadanía. Había que exponer esos tres aspectos a la opinión pública. Queríamos además hacerle entender indirectamente a los jueces que esas cuestiones no deben decidirse sólo por parte de los jueces. Tienen que ser objeto de debates públicos.
Zeit Fragen: Ustedes dicen en su anuncio que la actual situación política de Alemania es comparable a la de Francia en los años anteriores a la Revolución. ¿Tan explosiva es?
Wilhelm Hankel: Yo veo, ante todo, que nuestros gobiernos se alejan completamente de lo que viven sus pueblos, de sus problemas y de sus inquietudes. Tomemos la inflación. En el siglo pasado, los alemanes sufrieron dos inflaciones, perdieron sus ahorros, su futuro ya no estaba garantizado, sus pensiones les fueron confiscadas. Y lo más importante es que la sociedad toda se vio modificada.
La joven democracia de la República de Weimar fue bruscamente reemplazada por una dictadura de la desesperación. Es así como hay que ver las cosas. Una parte del pueblo escogió la dictadura de izquierda, la dictadura comunista, y la otra, la burguesía, escogió la dictadura de derecha. Pero yo estoy convencido de que muchos no habrían optado por ninguna de las dos si su situación económica hubiese sido satisfactoria.
Zeit Fragen: Cuáles son los principales argumentos jurídicos de su denuncia?
Wilhelm Hankel: Los argumentos jurídicos tienen que ver con las evidentes violaciones del derecho, o sea con la supresión de las garantías de estabilidad del euro, garantías que tanto aprecian los alemanes. Según una fundamental decisión de nuestra Corte Constitucional, el euro tenía que ser tan estable como el marco alemán. Así está estipulado en el veredicto que mi amigo y colega Schachtschneider ya había obtenido en 1993. Y Alemania integró la unión monetaria como resultado de la promesa que el euro sería tan estable como el marco alemán, una promesa que hicieron políticos con autoridad, como el canciller de aquella época o el actual presidente, quien acaba de dimitir y era por entonces nuestro principal negociador en Maastricht. Pero ahora, en una situación que ¡gracias a Dios! nada tiene que ver con una inflación, resulta que se violan esas condiciones de estabilidad, como si no fueran importantes.
El Tratado estipulaba dos medidas contra la arbitrariedad inflacionista: por un lado, el Pacto de Estabilidad y de Crecimiento, que limita el endeudamiento del Estado. Eso se dejó de lado con el argumento de que estamos pasando por una crisis y que, en esa crisis, no podemos respetar las condiciones de estabilidad que establece el Pacto. Como economista, yo pudiera más o menos entender eso ya que, en una crisis, los ingresos fiscales disminuyen y los gastos públicos aumentan. Pero eso quiere decir que el Pacto de Estabilidad se firmó en un periodo de bonanza y que podía funcionar en tiempos normales, mientras que en periodo de crisis, y todos los economistas lo sabían, es imposible respetar un límite de endeudamiento.



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