Somos un Colectivo que produce programas en español en CFRU 93.3 FM, radio de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, comprometidos con la difusión de nuestras culturas, la situación social y política de nuestros pueblos y la defensa de los Derechos Humanos.

domingo, 26 de febrero de 2012

Cinismo sin límites en la "Casa de Narquiño":

¡No en nuestro nombre !
Renán Vega Cantor - Rebelión


Las clases dominantes de Colombia y sus representantes políticos se han caracterizado históricamente por una
increíble muestra de criminalidad y cinismo. Criminalidad extrema que nos
ha hecho perder la cuenta de todas las infamias que han cometido y siguen
cometiendo. Cinismo sin par, porque no solamente exhiben sin pudor alguno
sus crímenes como si fueran hechos perfectamente normales sino que además
le dan tal vuelta de tuerca a la realidad que resultan formulando los
postulados más inverosímiles que uno de pueda imaginar, los cuales
únicamente se pueden explicar por la impunidad que los cubre y los protege.
Una muestra reciente de ese cinismo lo encontramos en la declaración
formulada por Juan Manuel Santos a propósito de la ratificación, por parte
del Tribunal Superior de Bogotá, de la condena a treinta años de prisión al
ex coronel Alfonso Plazas Vega, por la desaparición de dos personas durante
la retoma del Palacio de Justicia, acontecida el nefasto 7 de noviembre de
1985 y por la orden dada al Ejército de pedirle perdón público a las
victimas y sus familiares por esos hechos.. A raíz de esta sentencia, el
inquilino de la Casa de Nariño, como en los mejores tiempos del ordinario
verdulero que lo antecedió, salió lanza en ristre a condenar la decisión
del tribunal y llegó a afirmar que en este caso “yo más bien le pido perdón
al Presidente Betancur a nombre de los colombianos, que lo hayan puesto en
esa situación nuevamente”. Asímismo, además de pedirle perdón a Belisario
Betancur a nombre de todos los colombianos, agregó que “más bien nosotros
le pedimos perdón al Ejército por no haber sido lo suficientemente
enfáticos en la admiración que le tenemos, en el respeto, en la gratitud
que sentimos por todos nuestros soldados de tierra, mar y aire”. Una
afirmación de este calibre, aparte del cinismo que conlleva, supone un
atrevimiento de marca mayor, cual es pedirles perdón a personajes de dudosa
credibilidad, comprometidos en delitos de lesa humanidad, a nombre de todos
los colombianos. Con esto se reafirma el proyecto de las clases dominantes
colombianas, del Estado, de las Fuerzas Armadas y de un importante sector
de violentólogos y de memoriólogos, enquistados en la oficiosa y recién
creada Comisión de la Memoria Histórica, que están en proceso de revisar la
historia contemporánea del país. La declaración de Juan Manuel Santos no es
aislada, sino que forma parte de un proceso sistemático y planeado desde el
Estado, con la participación directa de sus intelectuales orgánicos de la
derecha –muchos de los cuales siguen posando de ser “progresistas”- de
borrar de la memoria los crímenes del Estado y de sus cuerpos represivos,
como se ha visto recientemente en los casos de Mapiripán y Las Pavas, y con
la promulgación de una publicitada Ley de Víctimas, en la cual el Estado
aparece no como el principal responsable de la violencia, sino como una
pobre victima. En este contexto, se explica la gritería de Santos,
pretendiendo anular por la vía mediática una decisión judicial que condena
a uno de los responsables directos del Palacio de Justicia y llama a que
otro, el expresidentes Belisario Betancur, sea juzgado por una corte
internacional, en vista de la inoperancia de la “Comisión de Absoluciones”
del Congreso colombiano. Al hacerlo no sólo absuelve, como si fuera un
juez, a los criminales, ligados al Estado, sino que escupe sobre los
cadáveres de las personas asesinadas y desaparecidas y ofende su dignidad. A
nombre de todos nosotros, los que hemos nacido en este país o tienen la
nacionalidad colombiana por adopción, les pide perdón a unos criminales.
Con esta lógica, y es lo que está en curso de suceder, el orden de la
realidad se va invirtiendo de una manera perversa. En lo sucesivo, y sólo
para dar unos cuantos ejemplos, las gacelas le tendrán que pedir perdón a
los leones porque éstos se las devoran; las gallinas le deben pedir perdón
a los zorros que se las engullen; las palomas le deben solicitar perdón a
los buitres cuando éstos las atacan y las matan. Este cambio en el orden de
cosas, algo así como el mundo al revés, tiene profundas implicaciones para
entender y explicar la historia de Colombia. Con la “brillante” solicitud
de Santos, a nombre de todos nosotros, sobre la que su pomposa Comisión de
la Memoria histórica no ha dicho ni pío, podemos entonces hacer fila para
empezar a pedir perdón: Que Belisario Betancur nos perdone por los obreros
de Santa Bárbara (Antioquia) que asesinó cuando fue Ministro de trabajo, en
febrero de 1963; que el general Carlos Cortes Vargas, nos perdone por las
centenas de obreros que mató durante la masacre de las bananeras, en
diciembre de 1928; que el Ejército colombiano nos perdone por los
estudiantes que masacró en las calles bogotanas en junio de 1954; que los
padres de los estudiantes mexicanos asesinados en Ecuador en 2008 le pidan
perdón al Estado colombiano por los hijos que les mató, cuando incursionó
ilegalmente en ese país vecino; que Alfonso López Michelsen nos perdone por
los jóvenes que murieron por obra de los cuerpos represivos del Estado
durante el paro cívico de septiembre de 1977; y para no ir tan lejos, que
Juan Manuel Santos nos perdone por los falsos positivos, miles de jóvenes
asesinados, cuando se desempeñó como Ministro de Defensa durante el
gobierno ilegal del arriero paisa. Así podríamos seguir con una lista casi
infinita, que nos llevaría a llenar libros enteros y a revisar dos siglos
de la historia nacional. Es un abuso, que a nombre de los colombianos se
proteja y se excuse a los crímenes y a los criminales, amparándose en el
alto cargo que desempeña un individuo de la rancia aristocracia bogotana.
Al respecto, tenemos que decir con toda convicción, que la impunidad y el
crimen no pueden ser avalados y bendecidos a nombre de todos los
colombianos. Por eso, tenemos que afirmar con determinación: NO EN NUESTRO
NOMBRE. (*) Renán Vega Cantor es historiador. Profesor titular de la
Universidad Pedagógica Nacional, de Bogotá, Colombia. Autor y compilador
de los libros Marx y el siglo XXI (2 volúmenes), Editorial Pensamiento
Crítico, Bogotá, 1998-1999; Gente muy Rebelde, (4 volúmenes), Editorial
Pensamiento Crítico, Bogotá, 2002; Neoliberalismo: mito y realidad; El Caos
Planetario, Ediciones Herramienta, 1999; entre otros. Premio Libertador,
Venezuela, 2008. ENDESA desplaza y arruina a 1.500 campesinos y
pescadores[vídeo 14:05 min.] Multinacionales
europeas destruyen los Andes y la amazonía colombiana Guadalupe Rodríguez
/ Video: Bladimir Sánchez Espitia Salva la selva/Otramérica El empresa
italo-española Endesa-Enel se publicita internacionalmente como productora
de «energía verde». Campesinos y pescadores colombianos no lo ven de la
misma manera y se oponen a su megaproyecto hidroeléctrico El Quimbo. Hasta
el 14 de febrero mantenían un bloqueo frente a las obras. Ahí realizaban
sus asambleas de protesta. La cadena humana que formaban fue desalojada
violentamente por el grupo anti motines colombiano ESMAD. Derechos
campesinos vulnerados por el estado colombiano. En la información web
sobre el proyecto El Quimbo, la empresa EMGESA dice comprometerse «social y
culturalmente con la comunidad» y adaptar sus «estrategias empresariales a
la preservación del medio ambiente». Nada más lejos de la realidad. Para el
proyecto hidroeléctrico se han sustraído 7500 hectáreas de la Reserva
Forestal de la Amazonía. Y desde el 6 de marzo, esta filial de las
multinacionales española ENDESA e italiana ENEL le propinará una puñalada
adicional al corazón de la amazonía colombiana. Ese día está programado
comenzar el desvío del cauce del río grande de La Magdalena. Arteria que
recorre gran parte de Colombia, sirve al transporte fluvial de personas y
mercancías y garantizando la fertilidad de los ricos valles que lo
circundan en un serpenteante camino de 1.500 kilómetros. Todo el territorio
tiene gran riqueza arqueológica, cultural social e histórica. “La unión de
muchas personas puede parar este proyecto”, dice el professor Miller
Dussan, allegado a la asociación de afectados por el proyecto. Con el
megaproyecto hidroeléctrico, ninguna ganancia es para los pobladores de la
región. Ni para el pueblo español o el italiano, que se debaten en la más
profunda crisis que será costeada por el pueblo. Mientras, las
multinacionales europeas tienen permitido salir al exterior a continuar
saqueando territorios ajenos sin ningún tipo de control, destruyendo el
medio ambiente y despojando a la población local. La inminente ratificación
del Tratado de Libre Comercio con Colombia sólo exacerbará este tipo de
situaciones. La multinacional ítalo-española hace una inversión de 700
millones de dólares. El Gobierno colombiano ha dado a la multinacional
facultades extraordinarias moverse libremente, hacer y deshacer. El
balance: desplazamiento y pérdidas de empleos. Riquezas, sólo para los
dueños de la multinacional (372,7 millones de dólares en 2011), para un
sector de la oligarquía colombiana y para funcionarios que entregaron
licencias ambientales cargadas de irregularidad y fechoría. Las obras se
iniciaron desde 2009 y terminarían en 2013 ó 2014, con “energía firme”
hasta el año 2034. Quiere decir que hasta esa fecha la hidroeléctrica
funcionará a su máxima capacidad. El Quimbo tendrá una extensión de 5 kms,
un área de embalse de 8.586 hectáreas, con una altura de 151 metros y 400
megavatios de capacidad instalada. Inundará 6 municipios al sur del
departamento del Huila entre el Macizo Colombiano y la desembocadura del
río Páez en el Magdalena. Y el peñón sobre el Río Magdalena abajo del
municipio de La Jagua, el puente sobre la quebrada Yaguilga, la iglesia,
las labranzas de cacao, la historia de la reforma agraria y una de las
zonas mas productivas de la región. En el área que se quiere inundar viven
aproximadamente 500 familias, más de 1.500 huilenses, grandes y pequeños
productores agropecuarios, jornaleros, pesqueros, entre otros. Serán
desplazados de sus viviendas, parcelas, lugares de trabajo, tradiciones
culturales, lugares de encuentro y de tierras. Con el fin de proteger el
proyecto hidroeléctrico, en el lugar se encuentra el Batallón Energético
no.12 "Jose Maria Tello". Conformado por 1.200 soldados, se creó en 2009
con un elevado presupuesto aportado por el Estado colombiano y ¡la empresa
Emgesa!. ¿Qué puedes hacer tú? Asoquimbo, asociación de afectados por
la construcción de la hidroeléctrica El Quimbo convoca a ciudadanos,
organizaciones Sociales y de Derechos Humanos a participar en las
movilizaciones por la Defensa del Territorio. Habrá diferentes
movilizaciones entre el 28 de febrero 2012 y el 6 de marzo. Ver aquí. Si
quiere unirse a las protestas internacionales contra la destrucción de la
naturaleza, el desvío del río Magdalena, la construcción de la
hidroeléctrica y el desalojo de campesinos, puede firmar una carta de
protesta desde la web de Salva la Selva. Ver aquí. Fuente:
http://otramerica.com/radar/multinacionales-europeas-destruyendo-los-andes-y-la-amazonia-colombiana/1587




Se termina la partida en el Medio Oriente por Thierry Meyssan En
momentos en que el clamor de los combates no se ha apagado aún en el barrio
rebelde de Homs y en que las autoridades de Siria y Líbano no han anunciado
su reciente acción, Thierry Meyssan hacía, este lunes 13 de febrero de
2012, un primer balance de las operaciones a través del primer canal de la
televisión rusa con informaciones de primera mano que ahora comparte con
los lectores de la Red Voltaire. Hace 11 meses que las potencias
occidentales y las monarquías del Golfo se empeñan en desestabilizar la
nación siria. Varios miles de mercenarios han sido infiltrados en el país.
Reclutados por Arabia Saudita y Qatar en los medios extremistas sunnitas,
estos elementos armados llegaron a Siria para derrocar al «usurpador
alauita» Bachar al-Assad e imponer una dictadura de inspiración wahhabita.
Cuentan con el más moderno equipamiento militar, incluyendo equipos de
visión nocturna, centrales de comunicación y robots para el combate urbano.
El apoyo encubierto que les proporcionan las potencias de la OTAN les
garantiza además acceso a datos indispensables en materia de inteligencia
militar, como imágenes satelitales de los desplazamientos de las tropas
sirias e intercepciones de las comunicaciones telefónicas. Esta operación
se presenta al público occidental de forma tendenciosa, como si se tratara
de una revolución política ahogada en sangre por una implacable dictadura.
Pero no todos se creen esa mentira. La rechazan Rusia, China y los países
latinoamericanos miembros del ALBA [Alternativa Bolivariana para las
Américas. Nota del Traductor.]. Y es que las experiencias históricas de
estos países les han permitido comprender clara y rápidamente el trasfondo
de la operación montada contra Siria. Los rusos recuerdan lo sucedido en
Chechenia, los chinos no olvidan los acontecimientos de Xinjiang y los
latinoamericanos tienen muy presente las guerras sucias contra Cuba y
Nicaragua. En todos esos casos, más allá de las apariencias ideológicas o
religiosos, la CIA recurrió a los mismos métodos de desestabilización. Lo
que más sorprendente resulta en esta situación es ver cómo los medios de
prensa occidentales se autoconvencen de que los salafistas, los wahhabitas
y los elementos armados de Al-Qaeda son individuos amantes de la
democracia, a pesar de que siguen utilizando los canales de televisión vía
satélite de Qatar y Arabia Saudita para lanzar constantes llamados a
degollar a los herejes alauitas y a los observadores de la Liga Árabe. No
importa que Abdelhakim Belhaj (número 2 en la jerarquía de Al-Qaeda desde
la muerte oficialmente proclamada de Osama ben Laden) llame a desencadenar
la yihad en Siria. La prensa occidental sigue tratando de imponer su
romántica versión de la supuesta revolución liberal. Lo más ridículo es
oír como, al hacerse eco de los informes del Observatorio Sirio de los
Derechos Humanos sobre los crímenes del régimen y sus víctimas, los medios
occidentales siguen divulgando servilmente las acusaciones cotidianas que
profiere la rama siria de la Hermandad Musulmana. ¿Desde cuándo esa
hermandad de golpistas se interesa por la defensa de los derechos
humanos? Ayman
Al-Zawahiri, principal jefe de Al-Qaeda desde el anuncio oficial de la
muerte de Osama ben Laden, ha lanzado un llamado a hacer la yihad junto a
los occidentales en aras de derrocar al régimen baasista sirio. Sólo
bastó que los servicios secretos occidentales sacaran del sombrero un
títere llamado «Consejo Nacional Sirio», con un sociólogo de la parisina
universidad de la Sorbona como presidente y con una portavoz que no es más
que la amante de un ex jefe de la DGSE [Dirección General de la Seguridad
Exterior, la agencia de inteligencia de Francia. NdT.], para convertir a
los «terroristas» en «demócratas». Como por arte de magia, la mentira se
convierte así en una verdad mediática. Las personas secuestradas, mutiladas
y asesinadas por la Legión Wahhabita se convierten, por obra y gracia de la
prensa, en víctimas del tirano, mientras que los jóvenes sirios de todas
las confesiones que sirven en el ejército nacional para defender su país de
la agresión sectaria son presentados como soldados alauitas que oprimen a
su propio pueblo. La desestabilización de Siria por parte de fuerzas
extranjeras se convirtió a su vez en un episodio de la llamada «primavera
árabe». El emir de Qatar y el rey de Arabia Saudita, dos monarcas
absolutistas que nunca han organizado elecciones en sus propios países y
que no vacilan en encarcelar a todo el que protesta contra sus regímenes,
se convirtieron a su vez en defensores de la revolución y de la democracia.
Francia, el Reino Unido y Estados Unidos, países que acaban de asesinar a
160 000 libios en violación del mandato que el Consejo de Seguridad de la
ONU les había otorgado, se transformaron por su parte en filántropos
protectores de la población civil, etc., etc., etc. El doble veto ruso y
chino del 4 de febrero de 2012 representa el fin de la guerra de baja
intensidad que la prensa occidental y la del Golfo habían venido
enmascarando con su campaña mediática. La OTAN y sus aliados han recibido
una clara advertencia de que deben cesar las hostilidades y retirarse si no
quieren tener que asumir una verdadera guerra de carácter regional, o
incluso mundial. El presidente sirio Bachar al-Assad recibe en Damasco al
ministro ruso de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov el 7 de febrero de
2012. El 7 de febrero llegó a Damasco una importante delegación rusa que
incluía entre sus miembros a los más altos responsables de la inteligencia
rusa, delegación que recibió una cálida acogida dispensada por una multitud
entusiasta, segura de que el regreso de Rusia a la escena internacional
significa el fin de la pesadilla. La capital siria y Alepo –la segunda
ciudad sirie en importancia– se vistieron de blanco, azul y rojo y sus
habitantes desfilaron por las calles portando banderolas en ruso. En el
palacio presidencial, la delegación rusa se reunió con las de otros países,
esencialmente de Turquía, Irán y Líbano. Se procedió entonces a la
conclusión de una serie de acuerdos con vistas al restablecimiento de la
paz. Siria aceptó proceder a la entrega de 49 instructores militares que
habían sido hechos prisioneros por el ejército nacional. Turquía intercedió
para lograr la liberación de los ingenieros y los peregrinos iraníes
secuestrados, incluyendo a los que se encontraban en manos de los franceses
(y de paso fue eliminado el teniente Tlass, quien mantenía secuestrados a
los ingenieros iraníes por cuenta de la DGSE). Turquía puso fin a toda
forma de apoyo al «Ejército Sirio Libre», cerró sus instalaciones en suelo
turco (con excepción de la que se encuentra en la base que posee la OTAN en
Incirlik) y entregó a su jefe, el coronel Rifat al-Assad. En su papel de
garante de la aplicación de dichos acuerdos, Rusia fue autorizada a
reactivar la antigua base soviética de intercepción del monte Qassium. Al
día siguiente, el Departamento de Estado estadounidense informó a la
oposición siria en el exilio que no debe contar en lo adelante con la ayuda
militar de Estados Unidos. Al darse cuenta de que han traicionado a su país
sin obtener nada a cambio, los miembros del Consejo Nacional Sirio se han
lanzado ahora a la búsqueda de nuevos padrinos. Uno de ellos llegó incluso
a escribirle a Benjamin Netanyahu pidiéndole que invada Siria. Despliegue
del ejército libanés en el marco de la operación emprendida en el norte de
su país. Al cabo de un periodo de 2 días, plazo imprescindible para la
aplicación de estos acuerdos, el ejército nacional de Siria se lanzó al
asalto de las bases de la Legión Wahhabita. En el norte del Líbano, cuyo
ejército también emprendió una ofensiva contra la Legión Wahhabita, un
gigantesco arsenal fue confiscado en la región libanesa de Trípoli y 4
oficiales occidentales fueron hechos prisioneros, en la zona de Akkar, en
una antigua escuela de la UNRWA convertida en cuartel general militar. En
Siria, el general Assef Chawkat dirigió personalmente las operaciones. Al
menos 1 500 elementos armados han sido capturados, entre ellos un coronel
del servicio técnico de la DGSE, y más de mil personas resultaron muertas.
No ha sido posible determinar, por el momento, cuántas de las víctimas
mortales son mercenarios extranjeros, sirios que colaboraban con las
fuerzas extranjeras o civiles atrapados en una ciudad en guerra. Líbano y
Siria han restablecido su soberanía en sus territorios nacionales. Algunos
intelectuales polemizan ahora sobre si Vladimir Putin ha cometido un error
al proteger a Siria arriesgándose a tener que enfrentar una crisis
diplomática con Estados Unidos. Se trata de una cuestión mal planteada. Al
reconstruir su potencial a lo largo de todos estos años y consolidar ahora
su posición en la escena internacional, Moscú pone fin a dos décadas de un
orden mundial unipolar que permitía a Washington seguir extendiendo su
propia hegemonía hasta alcanzar una dominación global. La alternativa
planteada no era aliarse a la pequeña Siria o aliarse al poderoso Estados
Unidos, sino permitir que la primera potencia mundial procediera a la
destrucción de un Estado más o modificar la correlación de fuerzas y crear
un orden internacional más justo en el que Rusia podrá desempeñar un
papel. Thierry
Meyssan Fuente Komsomolskaïa Pravda
*Samuel Barinas Varela*
Corfisocial

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