Somos un Colectivo que produce programas en español en CFRU 93.3 FM, radio de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, comprometidos con la difusión de nuestras culturas, la situación social y política de nuestros pueblos y la defensa de los Derechos Humanos.

lunes, 21 de mayo de 2012

DE DIGNIDADES, REPUDIOS, ODIOS Y DISTORSIONES


¿Es el odio igual que la indignación? La diferencia que los medios no establecen


Por: Patricia Barba Ávila


Atestiguamos con profunda indignación --espero que no se confunda con "odio"-- el reforzamiento entusiasta de la campaña anti-AMLO en la gran mayoría de los medios, valiéndose de la manipulación grosera la indignación popular tachándola de "odio", para intentar equilibrar la balanza electoral en vista del creciente desprestigio que ha venido sufriendo --por hechura propia-- Enrique Peña Nieto, impulsado de manera impúdica por Televisa y sus satélites.


Pero antes de entrar de lleno al análisis de emociones como el enojo y el odio --que definitivamente NO son lo mismo-- en el marco de las presentes campañas electorales, quiero traer a la discusión el sentido y utilidad evolutiva del enojo y sus diferentes manifestaciones. Como sabemos, la especie Homo sapiens cuenta con varias herramientas de auto-preservación como la empatía (solidaridad hacia otros); la reproducción sexual, la territorialidad, el miedo y la agresividad, de manera que, por ejemplo, el instinto de conservación se activará en forma de indignación ante una amenaza y generará una acción de auto-protección. Y esto es muy comprensible, ya que si ante un peligro no tuviésemos esa capacidad, la humanidad ya se hubiera extinguido hace muchos años. El odio, por otra parte, vendría a ser la manifestación de un exacerbamiento del enojo debido a una patología o disfunción de nuestra psique. Por ello, confundir enojo con odio y esperar que un individuo o grupo social permanezca incólume --casi inerte-- ante el despojo de su patrimonio y bienestar, es no sólo absurdo sino injusto e ilógico.


Se argumenta, con toda razón, que nuestra reacción defensiva es más eficaz teniendo la cabeza "fría" y el "corazón caliente", lugares comunes que se refieren a lo deseable que es controlar --pero NO suprimir-- nuestra respuesta emocional con el fin de no bloquear la parte racional de nuestro cerebro. Es, por tanto, importante puntualizar aquí que el sentir enojo es algo natural y esperable por las razones evolutivas arriba mencionadas, sin permitirnos caer bajo el control de nuestras emociones.


En el terreno de la política --tal como la conocemos actualmente, con todas las desafortunadas distorsiones que la han acompañado hasta ahora-- esta capacidad de defenderse de un peligro se expresa de varias maneras: con manifestaciones públicas de repudio; artículos publicados en medios electrónicos y escritos, entre otras. Un ejemplo reciente y que ha generado innumerables menciones--con distintos matices-- tanto en TV y radio como en las redes sociales, fue la amplia expresión de rechazo por parte de un gran número de estudiantes de la Universidad Iberoamericana hacia el Sr. Peña Nieto, sorpresiva y sorprendente tanto para los miembros de la campaña del priísta, como para muchos de nosotros. Tal ha sido el impacto de dicho incidente que los poderosos medios que apoyan a Enrique Peña de inmediato emprendieron acciones emergentes de "control de daños" como los efusivos intentos de manipulación liderados por "Tercer Grado", donde se atribuyó al "odio" de AMLO y sus seguidores hacia Peña Nieto lo ocurrido en la Ibero, aunados a la consabida y repetitiva difusión de "resultados" de encuestas arregladas para que demuestren que nada, absolutamente nada, es capaz de menoscabar la "amplia" ventaja que desde un inicio, le asignaron unilateralmente y a espaldas de amplios sectores sociales, al ex gobernador mexiquense.


Sometidos por décadas a un golpeteo permanente e inmisericorde capaz de distorsionar conceptos y percepciones, millones de televidentes han sido convertidos en "fans" robotizados, cuya capacidad de establecer la diferencia entre la violencia gubernamental y la violencia derivada de la primera, es absolutamente nula; en otras palabras, no se percatan de que la reacción de enojo ante una ininterrumpida agresión es satanizada por la poderosa mediocracia televisiva y radiofónica, al no mostrar la película completa, es decir, las causas que generan el repudio de amplios sectores: en el caso de los trabajadores, la completa anulación de sus derechos laborales --salario y condiciones de trabajo dignos--; en el de los estudiantes, su derecho inalienable a una educación gratuita* y de calidad; en el de los campesinos, su derecho de disfrutar del producto de su arduo trabajo.


Mucho hemos mencionado la ingente (colosal, enorme) necesidad de reforzar los esfuerzos que varios ciudadanos hemos venido realizando en pro de un periodismo respetuoso y ético, responsable de llevar a televidentes, radioescuchas y lectores, los hechos tal como ocurren y, lo más importante, acompañados de análisis profundos para lograr que una sociedad debidamente informada y educada, tome las decisiones que más convengan a su bienestar y, por ende, al progreso del país.


Ciertamente, es una tarea nada fácil pero no imposible. Sin duda alguna, la guerra más mortífera que puede dirigirse contra un grupo humano, es la que se emprende en el ámbito de la información. Mientras no avancemos en este ámbito, mucho me temo que la construcción del poder popular seguirá siendo solo eso: una aspiración.


"La principal característica de un revolucionario es el amor" Che.


La prueba más auténtica de civilización, cultura y dignidad es el carácter no las vestimentas. Gandhi


Patricia Barba Avila
Titular del programa Desde la raíz transmitido por Radio La Nueva República los lunes de 21 a 23 hrs y los miercoles de 21 a 22 hrs y Sabía usted que los domingos de 11 a 13 hrs (hora del Centro)
Miembro del Tribunal Internacional de Conciencia (TIC)

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