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sábado, 23 de marzo de 2013

aleph: La hora del planeta

Según la NASA, el universo tiene 13.750 millones de años, medición que asegura sólo tiene un grado de error del 1%, siendo el cálculo más preciso del cosmos logrado hasta ahora. Sin embargo, la edad de la tierra ha estado en permanente discusión durante los últimos dos siglos, y mientras unos aseguran que tiene 4,500 millones de años, otros dicen que es mucho más joven. Como sea, no es el tiempo lo que importa más, sino lo que hemos recibido de esta tierra para vivir y constituirnos en especie humana.


Así que a lo mejor podemos darle una hora de merecido descanso.
Todo está listo para que hoy, sábado 23 de marzo de 2013, de las 20.30 a las 21.30 horas, le demos un poco de tiempo a la Tierra. Le han llamado la Hora del Planeta, y es un evento de movilización mundial que quiere llamar nuestra atención sobre el calentamiento global y los problemas ambientales que la humanidad enfrenta. ¿Qué es exactamente lo que pide WWF, la organización que hace el llamado? Que durante una hora, la mayor cantidad de ciudades, corporaciones y personas alrededor del mundo apaguen sus luces.
En Brasil, por ejemplo, la invitación a la ciudadanía pasa por esta pregunta que se formula en todas las direcciones posibles: “¿Qué haría usted para salvar el planeta?”. Las personalidades de ese país también llaman a unirse desde un “Yo voy si tú vas”, promoviendo un intercambio entre personas para que cada vez más adopten medidas que no agredan al medio ambiente en la vida cotidiana, como lavarse los dientes sin dejar la llave del agua encendida. Muchas ciudades del mundo se están sumando al movimiento y prometen apagar las luces de sus monumentos, algunos sectores y edificios proponiendo, además, reflexiones sobre el calentamiento global, los cambios climáticos y el uso del agua, entre otros.
Este movimiento lleva apenas seis años de existir, y cuando nació en Australia, puso en sintonía a dos millones de seres humanos. Cinco años más tarde, fueron más de seis mil ciudades en 152 países de todo el mundo las que durante una hora apagaron la luz. La Torre Eiffel en París, el Empire State en Manhattan, el Obelisco en Buenos Aires y más de mil 500 monumentos y edificios emblemáticos más se apagaron. Solo imaginar el Times Square a oscuras por una hora me hace respirar mejor.
Varios países del mundo piden seguir y anunciar el apagón por twitter; hacen campañas para preservar sus recursos; promueven debates donde se pone en evidencia la responsabilidad humana, directa o indirecta, en los cambios climáticos, en la pérdida gradual de la biodiversidad, en el calentamiento de los polos y el derretimiento de los glaciares, en los cambios de hábitat y las migraciones inusuales de las especies, en la deforestación y la escasez de agua, entre otros problemas. Y no dejan de lado temas como la quema de combustibles fósiles y de gases tóxicos en la atmósfera.
Hay muchas formas de retomar la amistad con la tierra que nos cobija. Algunas propuestas están en la Hora del Planeta: ww.wwf.org.br/participe/horadoplaneta/. A lo mejor esta hora se vuelvan dos y un día cada mes y luego aprendamos nuevas maneras de relacionarnos con la tierra. Si todos nos informamos de lo que hace la minería de oro a cielo abierto en los mantos acuíferos; si ponemos atención al daño que hacen al planeta y a la sobrevivencia alimentaria los monocultivos, sobre todo para biocombustibles que no se comen; si usamos menos agua para lavar el carro y los dientes; si producimos menos basura y usamos menos empaques plásticos no biodegradables; si, si si… a lo mejor aseguramos un poco más de tiempo y vida digna para las generaciones futuras.
Pero hoy es solo una hora. Una hora sin televisión, una hora a oscuras con su familia platicando, una hora pensando, meditando o soñando, una hora comiendo a la luz de las velas con quien ama, una hora nada más. Piense en los millones de seres humanos que no tienen luz en sus viviendas los 365 del año. ¿Cómo le hacen?

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