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martes, 28 de octubre de 2014

Dilma reelegida con la misión de unificar fuerzas antagónicas y ampliar política del hemisferio sur



Marcela Belchior
Adital
En una de las elecciones más inestables y disputadas de los últimos años en Brasil, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), es reelecta presidente del país. La petista obtuvo el 51,64% de los votos válidos contra el 48,36% del candidato de derecha Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasilera - PSDB). Durante los próximos cuatro años, la mandataria tendrá como algunas de las principales incumbencias reestabilizar la economía del país, lidiar con una oposición aparentemente fortalecida y consolidar su integración con la política autónoma del hemisferio sur.

La diferencia entre los dos candidatos fue de sólo 3,4 millones de votos de los 141,8 millones de electores brasileros –la menor en un segunda vuelta desde las elecciones de 1989, en el período de redemocratización de Brasil, cuando Fernando Collor de Mello (entonces PRN – Partido de la Reconstrucción Nacional) venció a Luiz Inácio Lula de la Silva (PT) por 4 millones de votos, registrándose el 53,03% contra el 46,97%, respectivamente. En la última elección, en 2010, Dilma venció al candidato tucano José Serra con una diferencia de 12 millones de votos.

Las abstenciones en esta contienda electoral superaron marcas históricas. Los electores que optaron por no votar ni a Dilma ni a Aécio sumaron el 6% de los votos en blanco y/o nulos del total de las urnas. En la primera vuelta, ese número llegó al 10%. Analistas interpretan el porcentaje como un reflejo del descrédito de gran parte del electorado en relación con la política, los partidos políticos, los propios representantes públicos y el Estado brasilero.

En su primer discurso después de ser reelecta, reuniendo a la militancia en un hotel cercano al Palacio de la Alvorada, en Brasilia, Dilma mencionó una serie de compromisos para la nueva gestión. El principal de ellos, según ella, será la concreción de la reforma política del país, que prevé la alteración de los moldes electorales y la propia estructura del Estado brasilero.
Después de una campaña de tono y recursos fuertemente agresivos y ante el resultado apretado entre los dos candidatos, la presidenta se rehusó a catalogar a Brasil como un país dividido, convocando a las diversas voces políticas a la unión y al diálogo. "Tengo la esperanza de que la energía movilizadora preparó un buen terreno para la construcción de puentes. (...) Voy a estimular el diálogo y las alianzas con todas las fuerzas productivas del país”, declaró la petista.
Articulaciones para el nuevo mandato
Hasta el 1º de enero, cuando asume el nuevo mandato, Dilma tiene la misión de llenar los cargos del gobierno en el primero y segundo escalón, negociando con una amplia gama de fuerzas políticas que la apoyaron durante la campaña electoral. Además, la nueva composición del Congreso Nacional cuenta con una mayoría conservadora, especialmente en la Cámara de Diputados, que va a dar una dura oposición al gobierno y a dificultar las negociaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo.
La presidenta reelecta también enfrentará un cuadro económico inestable, debiendo trabajar para recuperar la confianza de los inversores, organizar las cuentas públicas sin que el ajuste fiscal sacrifique programas sociales, que son los principales avances del gobierno izquierdista comandado por el PT desde 2003 y que contribuyen, de manera decisiva, al cambio del cuadro social brasilero. Dilma deberá articular los muchos intereses programáticos e ideológicos de los aliados, además de las divergencias dentro del propio Partido de los Trabajadores.
El desempeño del candidato Aécio Neves también alerta sobre una oposición más dura en los próximos cuatro años. En los últimos años, los mayores conflictos políticos con el gobierno fueron protagonizados por grandes conglomerados de comunicación, y no por un antagonismo organizado de los partidos opositores. Ahora, el PSDB de Aécio eligió para el Senado Federal a un grupo que promete hacer frente, de manera más contundente, dificultando la gobernabilidad de la presidente y organizando una candidatura fuerte para las elecciones de 2018.
Cooperación latinoamericana
En un comunicado, el presidente de Venezuela Nicolás Maduro celebró la conquista de la petista. "La victoria de la presidenta Dilma Rousseff es el resultado de una extraordinaria movilización de las fuerzas populares de Brasil, que una vez más demuestran el elevado nivel de conciencia política y de compromiso con la unión de la región sudamericana, latinoamericana y caribeña”, escribió el mandatario. "Sin duda alguna, ella garantizará la continuidad del proceso de construcción de la Patria Grande, como soñaron el libertador Simón Bolívar y el héroe José Ignacio Abreu de Lima”, complementó el bolivarianista.
Maduro manifestó apoyo al gobierno y al pueblo brasilero en lo que él entiende será una "nueva etapa sociopolítica” para un compromiso con la llamada Revolución Bolivariana, en la consolidación de una alianza estratégica entre Brasil y Venezuela. El presidente venezolano destacó que los dos países van a fortalecer planes y proyectos de desarrollo conjunto. Para él, la gestión petista escribe una nueva historia en Brasil que, conjuntamente con el resto de América Latina y el Caribe, sigue en dirección hacia la soberanía, independencia, protección recíproca, unidad y paz.
Sobre Dilma
Dilma es economista e inició su trayectoria política en la militancia armada contra la Dictadura Civil y Militar de Brasil (1964-1985). Después de la redemocratización brasilera, fue militante del Partido Democrático Trabalhista (PDT) conjuntamente con Leonel Brizola, en aquella época uno de los principales líderes de la izquierda del país.
Integra el PT hace 14 años y, durante el gobierno del ex-presidente Lula (2003-2010), asumió la jefatura del Ministerio de Minas y Energía y, posteriormente, de la Casa Civil. Fue propuesta por Lula para sucederlo en la Presidencia y, en 2009, fue electa como la primera mujer presidenta de Brasil. Su primer gobierno presentó una economía inestable, pero mantuvo y amplió los programas sociales implementados por Lula.
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Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com

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