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viernes, 19 de agosto de 2016

La tuiplomacia de Luis Almagro



Bernardo Álvarez *
La Jornada 
Como viceministro para América del Norte y embajador de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos en Washington, insto a menudo a mis colegas de la región a mirar más allá de los titulares sensacionalistas, a favor de una perspectiva más realista y matizada sobre mi país. La integración de nuestro continente y de su gente es un objetivo fundamental de la revolución bolivariana, que aboga por la inclusión e igualdad de todos a través de la democracia participativa. Durante más de una década, entre otras cosas, hemos trabajado sin descanso por la democratización de los derechos fundamentales de todos los pueblos referentes a la salud, la educación, acceso a la vivienda digna, el empleo y la alimentación. A pesar de los difíciles retos económicos que enfrenta mi país, con el precio del petróleo en su nivel más bajo en una década, la inflación y el desafortunado sabotaje político de un pequeño sector de la oposición, permanecemos comprometidos con estos principios y con el proceso de inclusión social para garantizar justicia y derechos humanos básicos para los ciudadanos más vulnerables de nuestro país.
Nuestro compromiso con la democratización a través de medios pacíficos siempre ha ido más allá de nuestras fronteras, trabajando incasablemente por la unidad de nuestros hermanos y hermanas en todo el hemisferio, ya sea en Haití, Colombia o Estados Unidos, donde desde hace más de 15 años se lleva a cabo una campaña política y mediática contra mi país por líderes de la derecha latinoamericana y el Departamento de Estado. Es por eso que durante los últimos 12 meses he estado profundamente consternado y preocupado por la campaña regional que ha montado contra mi país el Sr. Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos.
Desde que comenzó su mandato en la primavera de 2015 el secretario general de este importante organismo hemisférico ha puesto en marcha una campaña dirigida a justificar la intervención en Venezuela. Junto a la plataforma regional que le da su cargo, el señor Almagro ha utilizado una tuiplomacia agresiva para atacar a mi país, nuestro gobierno y nuestras instituciones.
Entre los meses de febrero y julio de este año, el secretario general tuiteó 802 veces, de los cuales 504 tuits se enfocaron en los países miembros de la OEA y/o sus funcionarios y 298 sobre temas generales. De esos 504 tuits, Venezuela se ubicó en primer lugar, al recibir 233 menciones, Colombia fue segunda, con escasos 34 tuits, y Brasil siguió en tercer lugar, con 29, durante el periodo en consideración.
Lo sorprendente no es sólo el número de tuits sobre Venezuela, sino el contenido negativo de los mismos: 218 de los 233 tuits sobre Venezuela (93.5 por ciento!) pintan a mi país y a nuestro gobierno de manera negativa. Diez tuits fueron neutrales (0.04 por ciento) y sólo cinco fueron positivos (0.02 por ciento). Estos porcentajes hablan por sí solos.
Ese 93.5 por ciento de tuits negativos se centran en reformular, reproducir y sacar a relucir todas las demandas claves de la oposición venezolana. Por ejemplo, en sus tuits semanales y casi diarios sobre Venezuela, el secretario general hace constantemente un llamado a mi gobierno a prestar atención a las demandas de la oposición y a someterse a sus exigencias, tales como la celebración de un referendo revocatorio para sacar del poder al presidente Nicolás Maduro, quien fue democráticamente electo, o la liberación de los presuntos presos políticos mediante la aplicación de una mal llamada ley de amnistía. Incluso, el 8 de marzo de 2016, durante una visita a Chile, el secretario general dio un paso sin precedente al alentar públicamente a los miembros de la Asamblea Nacional venezolana a solicitar formalmente la invocación de la Carta Democrática Interamericana, que podría suspender a Venezuela de la OEA.
La agenda política del secretario general a favor de la oposición se hace aún más evidente cuando se presta atención al seguimiento constante que le da en esta popular plataforma de medios sociales a cada tema político de la oposición venezolana. En repetidas ocasiones pone al relieve las preocupaciones y demandas de la oposición, y pide a mi gobierno que tome medidas al respecto. Por ejemplo, en un tuit que condena al gobierno de Venezuela el secretario general afirmó que con presos políticos no hay democracia, haciendo referencia a sus anteriores llamamientos para proporcionar amnistía a aquellos que han sido declarados culpables de violar la ley venezolana. Al parecer, somos el único país que merece ese recordatorio.
Estos resultados son aún más sorprendente cuando ubicamos la aparente preocupación del secretario general por los problemas internos de nuestro país en el contexto geopolítico hemisférico en este periodo de seis meses. Mientras varios países de nuestro hemisferio enfrentaron agitación y disturbios como el golpe de Estado en Brasil (país que obtuvo sólo 29 tuits durante los últimos seis meses); mientras el abuso policial se convirtió en un problema de polarización social en Estados Unidos (casi ausente en sus tuits), y mientras el nivel de violencia en América Central y el norte de México (que sólo se menciona tres veces en sus tuits durante este periodo) continuó siendo un tema de suma preocupación para los ciudadanos de esas naciones, el señor Almagro sostuvo su alto nivel de enfoque sólo en Venezuela. En ninguno de estos casos el secretario general apremió a ningún otro gobierno a actuar con la misma frecuencia como lo hizo con mi gobierno. De hecho, en la mayoría de los casos se pidió a un gobierno actuar sólo una vez sobre un tema en particular, sin mencionar de nuevo el tema en cuestión. Este nunca fue el caso de Venezuela en el periodo en consideración.
Si definimos una campaña como el esfuerzo sistemático para planificar un curso de acción para lograr un objetivo deseado, no hay duda que los esfuerzos montados por el secretario general Almagro con su tuiplomacia, junto a su reconocida posición política contra el gobierno venezolano desde que asumió su cargo, están diseñados para socavar al gobierno bolivariano y los esfuerzos en curso para promover el diálogo y así encontrar una solución política a los retos actuales y reales que enfrenta mi país. Esta campaña intervencionista contra Venezuela debe cesar. Porque si se permite que continúe, todas las naciones representadas por este organismo regional corren el mismo riesgo.
* Embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la OEA

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