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jueves, 20 de abril de 2017

En 1973 denunciamos que derrocaron al presidente Allende porque no entregó armas al pueblo




Pedro Echeverría V.
1. El gobierno chavista de Nicolás Maduro en Venezuela ha sido puesto al borde de su caída por los grandes empresarios y el imperio de los EEUU; si eso sucediera quizá también Evo Morales sería derrumbado del gobierno de Bolivia. Si el gobierno de Trump lo logra, entonces no quedaría ninguna fuerza de izquierda (sólo Cuba) o socialdemócrata en América Latina que defienda alguna alternativa progresista. El nuevo presidente de Ecuador, así como lo que queda de Uruguay y Nicaragua ya no conformarían nada para resistir. Eso me recuerda 1973 y el derrocamiento de Salvador Allende en Chile con la intervención directa del ejército, la derecha y el imperio yanqui.
2. Yo entonces era profesor del CCH/UNAM, el plantel en esa época más izquierdista de la Universidad. Recuerdo que ante ese derrocamiento hicimos cientos de mítines y caminatas condenando al traidor general Pinochet, al imperialismo, pero también al presidente Allende por no haber entregado armas al pueblo para defenderse frente al ejército. Más aún escuchábamos que el MIR dirigido por Miguel Enríquez, meses antes alertaba a Allende acerca del peligro que representaba ese ejército derechista. Obviamente aquellos días estábamos convencidos que la vía pacífica electoral no había probado en ningún lugar el camino revolucionario.
3. Sabíamos que no era nada fácil entregar armas al pueblo porque el ejército chileno y el yanqui se enterarían con facilidad y lo evitarían. No olvidábamos que los yanquis descubrieron en 1961 que en Cuba se habían instalado proyectiles rusos que de inmediato exigieron que fueran retirados. Pero como jóvenes creíamos –junto al MIR- que había que buscar las formas para defendernos ante las permanentes amenazas imperialistas. Venezuela también tiene la obligación de defenderse ante un empresariado e imperio agresivo que lo quiere dominar y controlar todo. ¿Cómo no defender un proyecto igualitario que no solo pertenece a Venezuela sino al mundo?
4. Los únicos modelos que conocíamos en 1973 eran los caminos violentos para hacer triunfar las revoluciones. Poníamos los ejemplos de dos revoluciones burguesas: como la francesa y la mexicana, pero inmediatamente subrayábamos a la rusa, la china, la cubana y a los países de Europa del Este, que habían accedido al gobierno como producto de la violencia de la Segunda Guerra Mundial. Decíamos entonces con Marx: que “la violencia es la partera de la historia”. Hoy, 44 años después, muchísimas cosas han cambiado en los procesos políticos, pero los golpes de Estado y derrocamientos no han parado; basta Paraguay, Honduras y Brasil.
5. Ayer escribí: Apenas estuve 15 días en Venezuela en 2010, pero antes –durante 10 años- me informé acerca del gobierno de Hugo Chávez y los gobiernos anteriores, leí acerca de todo lo que sucedía en Venezuela y en los hechos sólo fui a corroborar lo que ya sabía: a) que Chávez se esforzaba por servir a los pobres; b) que el boicot de los empresarios y el imperio contra la economía era grande; c) que se negociaba el dólar y en el mercado faltaban mercancías; d) que para que el pueblo proteste se guardaban las mercancías en grandes bodegas; e) que en las embajadas se hacía propaganda contra Chávez; que todos los periódicos y empresarios estaban contra él.
6. Salvador Allende, el primer político de izquierda que llegó en 1970 al gobierno de Chile por la vía electoral, hizo todo lo que pudo por su pueblo, incluso entregó su vida defendiendo su gobierno; Chávez y Maduro, siguiendo ese ejemplo electoral, han hecho todo por socializar o igualar los derechos del pueblo y no han podido durante 17 años porque los más poderosos ricos con el apoyo de los gobiernos de los EEUU, los han bloqueado. El ejército venezolano sigue apoyando a su gobierno, pero no sería difícil que con el dinero yanqui se pueda comprar a un traidor al estilo Pinochet. ¿Qué haría un pueblo armado sin un gobierno inteligente y capaz que lo dirija? (19/IV/17)
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