El Equipo Operativo
Nacional de Marea Socialista ha emitido una Carta Abierta a lo que
denominan chavismo crítico e izquierda autónoma. Con el título de “Es
hora de la fragua de un nuevo movimiento emancipador”, inicia el texto: “Escribimos
esta Carta Abierta en el momento en que se consuma un fraude colosal
contra el pueblo venezolano. La elección de la constituyente madurista
representa el colapso del país tal cual lo conocimos en el último siglo,
la bancarrota de un Estado rentista agotado y el desmontaje de la
República. De igual forma coloca en serio riesgo la integridad de la
Nación y la amenaza con su disolución.”
Sobre la situación que
se presenta luego de la elección de constituyentistas realizada el
pasado 30 de julio afirma la Carta Abierta: “Es importante
comprender, en primer lugar, que la tenue luz de expectativas, por la
vuelta a una normalidad relativa, que podría haber existido hasta el día
previo a la falsa elección constituyente, se ha desvanecido
completamente. El madurismo y la cúpula del PSUV han cruzado el umbral
que separaba su vocación autoritaria con mascara “democrática” y
“pacífica”, para llevarlo al terreno de un intento de contrarrevolución
abierta, con métodos de guerra civil selectiva, que ya se están
aplicando.”
Señala así mismo la responsabilidad de la MUD cuando asevera: “En
segundo lugar, la incapacidad, la soberbia y el elitismo manifiesto de
la cúpula de la MUD y su apuesta descarada por un foquismo violento y
por la injerencia gringa, dejó sin posibilidades de conquistar un
triunfo democrático a los que sincera pero equivocadamente los
siguieron, arriesgaron sus vidas e incluso las perdieron, creyendo que
así se lograría un cambio progresivo”.
Para concluir señalando: “La
que proponemos es una tarea ardua y compleja. Pero la hora es ardua y
compleja. Es una hora de definiciones y de asumir desafíos, de
conquistar la autonomía e independizarnos de todo tipo de tutelas. Es la
hora de los hornos, de poner manos a la obra y de colocar en la fragua
un nuevo movimiento emancipador.”
A continuación el texto completo:
Carta Abierta a la izquierda autónoma y al chavismo crítico
Es hora de la fragua de un nuevo movimiento emancipador
Caracas, 31 de Julio de 2017
Escribimos
esta Carta Abierta en el momento en que se consuma un fraude colosal
contra el pueblo venezolano. La elección de la constituyente madurista
representa el colapso del país tal cual lo conocimos en el último siglo,
la bancarrota de un Estado rentista agotado y el desmontaje de la
República. Y coloca en serio riesgo la integridad de la Nación y la
amenaza con su disolución.
De esta manera abre la puerta a un
periodo de cruel rapiña imperial y del capital financiero y mafioso,
bajo cualquiera de sus actuales “banderas nacionales”. Donde la ley será
una violencia y represión crecientes y donde, las penalidades y
sufrimientos de los más humildes, los oprimidos y los excluidos,
alcanzarán picos no conocidos en la historia moderna de Venezuela.
Dos
cúpulas políticas irresponsables y criminales, han cavado las
trincheras desde las cuales se lanzan a la disputa por el saqueo,
control y negociación con el gran capital, de nuestros recursos
naturales y las condiciones de vida de nuestro pueblo. Lo hacen aunque
para ello deban provocar un carnaval sangriento.
La falsa
polarización que han buscado y que en alguna medida han conseguido estas
cúpulas, pretende arrastrar a amplios sectores de la población a
defender los espurios intereses que cada una de ellas defiende y
persigue. Y están dispuestos a hacerlo, como hoy volvió a quedar
demostrado, a costa de la vida de miles, la integridad de centenares de
miles y la miseria de millones.
Es importante comprender, en
primer lugar, que la tenue luz de expectativas, por la vuelta a una
normalidad relativa, que podría haber existido hasta el día previo a la
falsa elección constituyente, se ha desvanecido completamente. El
madurismo y la cúpula del PSUV han cruzado el umbral que separaba su
vocación autoritaria con mascara “democrática” y “pacífica”, para
llevarlo al terreno de un intento de contrarrevolución abierta, con
métodos de guerra civil selectiva, que ya se están aplicando. En segundo
lugar, la incapacidad, la soberbia y el elitismo manifiesto de la
cúpula de la MUD y su apuesta descarada por un foquismo violento y por
la injerencia gringa, dejó sin posibilidades de conquistar un triunfo
democrático a los que sincera pero equivocadamente los siguieron,
arriesgaron sus vidas e incluso las perdieron, creyendo que así se
lograría un cambio progresivo.
Más allá de la guerra de los
números e imágenes con la que durante hoy y en los próximos días se
intentará legitimar la elección de los supuestos constituyentistas, el
hecho es que este 30 de julio de 2017 será recordado como el día en que
entramos de lleno en un periodo oscuro, de tiempos tumultuosos, cada vez
más violentos y difíciles, que exigen definiciones individuales y
colectivas contundentes.
Los próximos meses o semanas determinaran
el tablero político, social, cultural y económico, incluso la
integridad territorial del país, para los próximos años o décadas. Ante
esto nadie puede permanecer indiferente o creer que estará a salvo de
las consecuencias que estos tiempos traerán a la Nación y a su pueblo.
Pero
estos también son tiempos de rupturas, de quiebres de viejas
hegemonías, de derrumbe de creencias ilusorias y del final de falsas
lealtades, y son, sobre todo, tiempos de gestación y parto de nuevas
esperanzas.
Hoy, de un lado se ubican aquellos que frente a las
amenazas con que el imperialismo norteamericano y la cúpula de la MUD
chantajean a la cúpula del gobierno/PSUV y al país, despliegan una
solidaridad automática y acrítica con el madurismo. De otro aquellos que
rechazan el autoritarismo, la represión descarada, la entrega, la
miseria, a la que nos está llevando el PSUV/gobierno, y equivocadamente
creyeron, frente a la falta de alternativas, que la cúpula de la MUD le
era útil para rescatar la Constitución del 99, la democracia y detener
la violencia.
Pero hay un tercer sector que ha ido tomando fuerza
en los últimos meses, ha ido creciendo, y que fue formando su
personalidad y empieza a aparecer como una nueva referencia política por
fuera de estos dos campos. Y que, de hecho, se convirtió en un fenómeno
político, es el que en la prensa local e internacional ha llamado
primero “chavismo crítico”, y que ahora intentan etiquetar como
“chavismo no madurista”. Este sector incluye a militantes y grupos de
izquierda o democráticos que quizás por no provenir del chavismo han
sido invisibilizados por los medios.
A una parte sustantiva de
este sector, es que nos dirigimos, incluyendo a su parte de izquierda,
critica, autónoma y que mantiene los sueños emancipadores que surcaron
la primera década del Siglo XXI en nuestro país y en América latina, que
es capaz de enfrentar sin temores el balance crítico necesario del
proceso bolivariano y de Chávez.
A los que se empezaron a
organizar contra la burocratización brutal que llevo a la cúpula del
PSUV y sus “aliados” del GPP a poner un signo igual entre el partido y
el estado. A los que dieron un paso para enfrentar el decreto del Arco
Minero del Orinoco, y deciden luchar contra la entrega expresada en las
Zonas Económicas Especiales y la ampliación de la frontera
extractivista, la profundización de la primarización del país y la
sumisión al capital financiero. A los que rechazan el avance
autoritario, el avasallamiento de derechos humanos, económicos, sociales
y buscan reestablecer la Constitución del ’99, que es hoy, en el país,
la única forma de defender la democracia que agoniza.
A aquellos
que repudian que se continúe pagando una deuda externa ilegitima a costa
del hambre y la salud del pueblo. A los que están cansados de la
impunidad de las cúpulas y del desfalco corrupto a la nación. A los que
rechazan la injerencia extranjera porque mantienen los sueños
bolivarianos de luchar por una nueva independencia. A los que se ubican
en el terreno de una izquierda nueva, critica de su propio legado, que
señala y busca propuestas para superar la gravedad de la crisis
civilizatoria a la que nos ha llevado el sistema del capital. A los que
luchan contra la opresión de género, la segregación racial, la opresión
cultural y material sobre los pueblos originarios. A aquellos que se
oponen a la destrucción de la naturaleza y la vida y que proponen y
buscan alternativas sustentables al modelo extractivista y depredador. A
quienes luchan contra la explotación del trabajo, a los sindicatos y
consejos de trabajadores honestos que se plantan contra el patrón, sea
éste privado o del estado. A los jóvenes y estudiantes que con valentía
defienden su futuro en las calles, en las universidades públicas y
privadas, incluso en las del gobierno a pesar de la retaliación y el
amedrentamientos.
Somos muchos pero hemos estado separados por
largo tiempo. Han intentado, muchas veces con éxito, inocularnos
desconfianza para mantenernos divididos. Cada uno a nuestro turno hemos
sido retaliados, perseguidos y acusados de traidores y agentes de la CIA
o de hacerle el juego a la derecha. Pero todo tiene un límite y cada
uno de nosotros fue encontrando el suyo. Hoy tenemos que vencer la
desconfianza, procesar los matices producto de nuestra diversa
procedencia ideológica y construir, reconociendo y respetando la
diversidad vital que expresamos, un espacio común de reflexión,
elaboración y acción.
En los últimos meses hemos compartido
espacios y plataformas de lucha por puntos comunes. Espacios que han
sido útiles además para reconocernos y aprender a procesar, no sin
tropiezos, algunos de nuestros diferentes puntos de vista en busca de
las síntesis que ayudaran a esa lucha. Espacios que hay que mantener y
ampliar porque la lucha que les dio origen y sentido es ahora más
necesaria que antes.
Pero hoy estamos llamando a poner en pie otra
iniciativa. Una de alcance más integral y estratégico. Una que ayude a
superar la orfandad de orientación y liderazgo global, en la que ha
quedado nuestro pueblo por la derrota de un proyecto que soñó liberador y
la traición o la defección de aquellos que creyó sus dirigentes.
Se
trata, a partir de una revisión crítica y autocrítica de los errores
del proceso bolivariano, de reconstruir desde los cimientos un proyecto
nacional y nuestro americano. Se trata de construir un movimiento
democrático, plural, inclusivo de las corrientes del pensamiento y la
acción emancipatoria. Con respeto a las identidades particulares y en la
búsqueda de avanzar desde la articulación en la lucha a la construcción
de una nueva síntesis de elaboración y acción política.
La que
proponemos es una tarea ardua y compleja. Pero la hora es ardua y
compleja. Es una hora de definiciones y de asumir desafíos, de
conquistar la mayoría de edad política e independizarnos de todo tipo de
tutelas. Es la hora de los hornos, de poner manos a la obra y de
colocar en la fragua un nuevo movimiento emancipador.
Equipo Operativo Nacional de Marea Socialista
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