CELAG
La carrera por una
presión fiscal cada vez menor gana velocidad en los últimos años. A la
cabeza de la misma, están los paraísos fiscales. Éstos permiten la
evasión y elusión fiscal, que a su vez priva a los gobiernos de obtener
recursos para llevar a cabo políticas redistributivas, agravando aún más
la desigualdad, el principal problema socioeconómico de América Latina.
Aunque la desigualdad se redujo de manera considerable durante la
última década, con la actual ofensiva neoliberal -que tiene a los
impuestos en uno de sus blancos a combatir-, se corre el riesgo de que
su nivel vuelva a incrementarse.
El problema de la evasión fiscal
ha ganado protagonismo entre la opinión pública en los últimos años
gracias a la publicación masiva de los nombres de personas y entidades
que utilizaban offshores en paraísos fiscales para evadir el pago de impuestos. Los panamá papers en 2016 y los paradise papersen 2017, pusieron al descubierto el modus operandi
de la evasión fiscal y a aquellos que hacían uso de ella. Entre los
nombres publicados y que aparentemente se vinculan con negocios en
paraísos fiscales, destacan los de presidentes latinoamericanos actuales
como el argentino Mauricio Macri, el colombiano Juan Manuel Santos y el
chileno Sebastián Piñera (próximo a asumir la presidencia). También
destacan excandidatos presidenciales como Doria Medina en Bolivia o
Guillermo Lasso en Ecuador. Todo esto, en caso de ser confirmado, deja
claro que la existencia de paraísos fiscales y el recrudecimiento de las
guerras fiscales no representan ningún problema para los líderes de la
derecha latinoamericana.
Pero más allá de las actitudes poco
leales de aquellos que mantienen cuentas o negocios en paraísos fiscales
y pretenden dirigir los presupuestos públicos de sus países, es
necesario dar algunos datos económicos sobre los perjuicios que
ocasionan la existencia de los mismos y la bajada más o menos
generalizada de las tasas impositivas en los últimos años.
·
Los países en desarrollo pierden alrededor de 100.000 millones de
dólares anuales por la evasión y elusión fiscal de grandes empresas a
través de paraísos fiscales según Intermón Oxfam [1].
· La pérdida estimada de los países en desarrollo por el uso de
incentivos fiscales a las grandes empresas es de otros 138.000 millones
de dólares anuales [2].
· La inversión mundial hacia paraísos fiscales ha aumentado un 45 %
entre 2008 y 2016, drenando recursos nacionales y eludiendo masivamente
el pago de impuestos.
· Según un Informe del Fondo Monetario
Internacional (FMI) los países en desarrollo son hasta tres veces más
vulnerables que los países desarrollados a los efectos negativos que la
legislación fiscal de un país tiene sobre otro.
· A pesar de
que entre 2007 y 2014 los beneficios de las grandes transnacionales se
han triplicado, su contribución tributaria ha caído, pasando del 3,6 %
del Producto Interior Bruto (PIB) en 2007 al 2,8 % en 2014 según los
datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE).
Esto ha motivado que durante el año 2017 algunos países
comenzaran a tomar medidas en contra de la evasión fiscal e igualmente
cortar la carrera bajista de la presión tributaria. En América Latina
destacan los pasos que se dieron desde Bolivia y Ecuador. En el caso de
Bolivia, una investigación promovida desde la Asamblea Legislativa
cuantificó el perjuicio al Estado boliviano en 1.000 millones de dólares
y destapó los nombres de los principales evasores de origen boliviano.
Teniendo en cuenta los resultados de esta investigación, se espera que
la Asamblea pueda legislar de manera eficaz contra la evasión.
Por su parte, el gobierno del expresidente Rafael Correa promovió en
2017 una Consulta Popular para que las personas que tengan bienes o
capitales en paraísos fiscales no puedan ocupar cargos de elección
popular o ser servidores públicos, impidiendo de este modo que aquellos
que se lucran de la evasión fiscal y de los bajos impuestos puedan ser
los encargados de dirigir la política económica de un país. En este
sentido, se estima que en los paraísos fiscales hay unos 30.000 millones
de dólares con origen ecuatoriano.
En definitiva, para no
volver atrás en los grandes avances que se han producido en los últimos
años en América Latina en la lucha contra la desigualdad, es necesario
perseguir de manera eficaz la evasión fiscal y cortar de raíz las
carreras fiscales a la baja en la se han embaucado algunos gobiernos de
la región. Es necesario comprender que los impuestos proporcionan al
Estado el financiamiento para desarrollar sus políticas de lucha contra
la pobreza y la desigualdad a través de su inversión en educación,
sanidad o políticas sociales. Poner limitaciones legales claras a la
evasión fiscal, aumentar la transparencia de los movimientos y el origen
de los grandes capitales y apartar del servicio público aquellos que
atentan de manera irresponsable contra el sector público, son algunas
medidas necesarias para que la ofensiva en contra del Estado de la
derecha regional no siga generando nuevas víctimas, en forma de
desigualdad, en el camino.
Notas:
[1] Oxfam (2016). Guerras fiscales. La carrera a la baja de la fiscalidad empresarial. https://oxfamintermon.s3. amazonaws.com/sites/default/ files/documentos/files/ Informe%20Guerras%20Fiscales% 20-%20Ingl%C3%A9s.pdf
[2] Action Aid (2013). A level playing field? The need for non-G20 participation in the BEPS process Action Aid. https://www.actionaid.org.uk/ sites/default/files/ publications/beps_level_ playing_field_.pdf
Sergio Martín-Carrillo (@Sergio_MartinC) es investigador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG)
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