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domingo, 18 de marzo de 2018

¿Sólo los altos mandos o la institución completa?

Escándalos policiales
Izquierda Diario

La detención del joven de 15 años, Tadeo Villanueva, suma una nueva denuncia para carabineros el mismo día del cambio de mando presidencial. Montajes, corrupción y brutalidad siguen sumando el prontuario de la institución. Pero ya no se trata sólo de represión. El año político recién comienza y la institución sufre ahora el escándalo de Hermes Soto. Su hoja de vida acusa que acudía a prostíbulo, exigiendo ser atendido gratis a cambio de protección. Ahora es un "honorable" general. La pestilencia es de la institución entera, no de unos pocos. Por algo está arriba y abajo.
¿Quién dijo que no eran corruptos?
Salio a la luz la podredumbre. Más de cuarenta alertas fueron recibidas desde 2010 sobre irregularidades internas dirigidas al alto mando de carabineros de Chile. Compras con sobreprecio, sueldos con asignaciones indebidas, anomalías en la adquisición de vehículos, licitaciones dirigidas y fraudes en la construcción de cuarteles, son parte del menú que descubrieron decenas de inspecciones de Contraloría.
El primero fue la creación de la Dirección de Compras Públicas, a fines de 2014, la que centralizó los procesos de licitaciones. Al asumir Bruno Villalobos como general director, se elevó el rango del Departamento de Cuarteles, que dependía de la Dirección de Logística, y se convirtió en la Dirección de Abastecimiento e Infraestructura. Esta nueva dirección está encargada de la construcción de cuarteles. Este movimiento fue la respuesta a un fraude que involucró más de $365 millones en la reposición de cuarteles en Aysén. Villalobos también impulsó la separación del Departamento de Remuneraciones –epicentro del fraude de los $8 mil millones– de la Dirección de Finanzas. Actualmente, las remuneraciones están a cargo de un general inspector, quien a su vez es supervisado por el subdirector de Carabineros.
“En tales fiscalizaciones (la Contraloría) ha detectado irregularidades, en materia de remuneraciones, pagos al personal, adquisiciones de radiopatrullas, mantención y repuestos de vehículos, reposición de retenes o cuarteles, compras de equipos computacionales, pago de remuneraciones a profesores en academias policiales, préstamos habitacionales, aspectos contables, uso de vehículos, uso y mantención de aeronaves policiales y procesos de compras de insumos, entre otros”, señaló la minuta elaborada por la Contraloría.
Los informes de Contraloría también están plagados de pequeñas faltas: oficinas de Carabineros contratando TV cable premium con fondos fiscales, un mayor presionando a particulares para contratar a su propia empresa de seguridad, altos mandos utilizando vehículos policiales y funcionarios para sus mudanzas particulares, una esposa de un general recorriendo el río Calle Calle en una lancha institucional y un mayor utilizando carros policiales para ir a dejar a sus hijos al colegio. Una cultura de fraudes menores y granjerías que fueron tierra fértil para incubar la manga ancha que dio paso a la corrupción en gran escala.
El megafraude llega a $26 mil millones que al salir a la luz obligo a la renuncia del general Villalobos. Esta es la institución que cuida al gobierno y a un Estado capitalista igual de corrupto.
¿Quién dijo que era creíble? El montaje
Esta institución al servicio de las grandes empresas forestales no dudo en realizar cruentos montajes contra el pueblo Mapuche. Primero fue Aquiles y ahora Gonzalo Blu. Los dos altos oficiales de la institución uniformada debieron abandonar sus cargos, en distintos periodos presidenciales de Sebastián Piñera, en medio de polémicos casos. Blu Rodríguez será imputado como el responsable de más alto rango de Carabineros en el montaje de la Operación Huracán que mantuvo preso al líder de la CAM Héctor Llaitul y a otros siete comuneros mapuche acusados de atentados incendiarios en la IX Región.
La denuncia se desprende de la denominada Operación Huracán: un despliegue policial para dar con los autores de una serie de atentados incendiarios en el sur de Chile y por el cual se detuvo a ocho mapuches a fines de septiembre de 2017. Los montajes incluirían pruebas de Whatsapp falsas y mensajes de correo electrónico que nunca existieron.
¿Quién dijo que no asesina?
La policía chilena tiene un largo prontuario represivo contra estudiantes, trabajadores y la izquierda. En dictadura, no se puede olvidar que el año 1973 fue carabineros de Chile que realizo las primeras labores de tortura poniendo sus dependencias como centros de detención. El caso “cuesta Barriga”, los “hornos de Lonquen” involucran a carabineros en las desapariciones de militantes de izquierda.
El año 2011 en el marco de las protestas estudiantiles fue responsable de la muerte del estudiante Manuel Gutiérrez. El trabajador forestal Rodrigo Cisterna, el minero Nelson Quichilllao también figuran dentro de su prontuario.
No son solo sus cúpulas es toda la institución
Tras la salida de Villalobos, se habla de un recambio en los altos mandos. El responsable de asumir la cabecilla de la institución ya cuando era un teniente, pedía servicios gratis en un prostíbulo a cambio de protección como se lee en un documento filtrado al diputado PC Hugo Gutiérrez. Unos simples policías de calle le dan una golpiza y amenazan a un secundario en Valparaíso. Generales roban millones. ¿Quién puede dudar de que el problema es toda la institución?

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